Si te cuesta decidir, es posible que lo estás intentando sobre todo con tu mente racional. Posiblemente des vueltas y vueltas al tema sin llegar a ninguna parte. Sin embargo, cuando involucras otros aspectos de ti, se te suele clarificar mucho la cuestión. Para ello, sólo necesitas dos o más folios en blanco y un lápiz. Apunta en cada hoja una decisión posible, luego mezcla las hojas sin que veas lo que está escrito por debajo. Luego colócalos en el suelo con la parte sin escribir hacia arriba y explora la sensación corporal que aparece cuando pisa cada una. ¡Tu cuerpo es mucho más rápido en darte respuestas claras a tus preguntas que tu mente! Ahora tendrás más información acerca de esto que tanto te cuesta decidir.
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