Pocas veces somos conscientes de nuestro increíble potencial creador. Y eso que casi todos tenemos planes, proyecciones de futuro, pequeñas y grandes metas. Sin embargo, muchas veces nos frustramos porque no se realizan y dejamos de creer en nuestro potencial. Desde que escuchamos la información de la “ley de atracción” muchos intentamos atraer a nuestra vida todo lo mejor imaginable. Pero suele haber una diferencia entre lo que, con nuestra pequeña mente, consideramos lo adecuado para nosotros y lo que es adecuado para el conjunto que formamos. Por eso, para atraer a nuestra vida lo que sí es para nosotros y que además nos guste, tenemos que tener en cuenta varios aspectos:
- Sin dificultades en la vida no hay aprendizaje. Es posible que sea mejor para nosotros pasar por trances difíciles para que podamos crecer. Lo que está para nosotros, porque lo hemos elegido así antes de encarnar, nos persigue, queramos o no. Lo que sí podríamos hacer es reforzar el aprendizaje con una proyección positiva dirigida hacia la resolución de los contenidos difíciles.
- Las proyecciones inconscientes pueden contrariar nuestros esfuerzos de crear una vida mejor para nosotros. Aquí me refiero a creencias ancestrales o culturales. Sin que seamos conscientes, hay muchos programas que castran nuestro poder creador. Los seres humanos hemos sido programados con éxito para la servidumbre y es necesario abrir la mente si queremos crear libremente. En mi libro “Escucha Interna y Autosanación” presento algunos enfoques de cómo hacer este trabajo y desbloquear nuestro increíble potencial creador.
- Para crear algo con una manifestación material, es imprescindible emplear toda nuestra energía en ello. Me refiero a que será necesario que todo el cuerpo vibre, que nuestro centro sacral se encienda y que nuestro corazón nos dé el ok cuando enfocamos nuestra mente en esta creación. Cuando ocurre eso, la manifestación se dará, sí o sí. Y eso es así, porque al emplear todas nuestras partes en la obra salimos del plano dual de la mente y entramos en el presente. Ya lo saboreamos, lo sentimos nuestro. Entonces, en ciertos planos, ya está creado y necesariamente se manifestará cuando llegue el momento. Si no es para nosotros, el corazón jamás daría el ok y no habrá éxito.
- Luego de crear de esta manera, es importante soltar la creación. Eso equivale a tener fe. El SABER que se manifestará llegado el momento es el broche final para nuestra creación. Y, mientras esperamos a que ocurra, seamos activos en todo lo que puede ir acompañando el camino para esta manifestación. Tampoco es conveniente poner un tiempo límite para la realización. Eso sólo nos frustrará si, cumplido el plazo imaginado, no hay aún resultados tangibles.
¡A qué esperamos, pues, a crear! ¡Tu puedes!