Muchas veces escuchamos que para progresar hay que ir a favor de la corriente de la vida, diciendo SI a todo. Te preguntarás cómo es eso, ya que si digo SI a alguien que me quiere explotar, o maltratar, o cosas parecidas, no puede ser sano que responda afirmativamente. En este breve escrito intentaré desarrollar el tema para comprenderlo mejor.
Sentir las palabras
Parte de la importancia del SI deriva del hecho de que por regla general, al pronunciarlo nos sentimos mucho mejor que al pronunciar NO. Y hay que tener en cuenta de que todo lo que decimos nos afecta. Nos afecta sobre todo a nivel corporal, ya que el cuerpo siempre nos escucha. La negación es algo desagradable para todo nuestro sistema. Para verificarlo, simplemente pronuncia para ti estas dos palabras por separado y estate atento/a a lo que ocurre en tu cuerpo.
A favor o en contra
La actitud del SI es una decisión, podemos decidir estar a favor o en contra. Estar en contra nos lleva al conflicto, a la lucha. Para cada asunto podemos elegir, estar a favor o en contra, y la forma la decidimos nosotros. Si estoy en contra de la violencia, por ejemplo, establezco una conexión tanto con el NO como con la violencia. Si estoy a favor de la Paz, la cosa cambia. Mientras me decido estar en contra de algo, siempre aparecerá alguien contra quien hay que pelear, y los conflictos no paran.
El discurso interno
Nuestro cerebro procesa nuestras palabras en imágenes. Por lo tanto, si decimos “no quiero engordar”, esto significa “quiero engordar”, porque la imagen es la misma en las dos frases. Nuestro cuerpo nos dará lo que pedimos. Por lo tanto, si lográsemos desterrar el NO de nuestro discurso interno, sería más fácil que nuestro cuerpo nos entendiese. “Quiero adelgazar” es muy claro y nos hará sentir mucho mejor en seguida (para los/las que quieren estar mas delgados/as, claro).
Situaciones extremas
Veremos ahora las situaciones que he mencionado al principio. Alguien nos amenaza, por ejemplo. Si logramos, por dentro, aceptar lo que está ocurriendo estamos en las mejores condiciones para esquivarlo. Habremos entrado en el presente, en conexión con todos nuestros recursos de defensa corporal o huida. Sin embargo, si decimos: “no puede ser que me esté pasando esto”, o: “no me merezco esto” estamos negando la situación misma. ¡Y la situación ya está ocurriendo! Si el maltratador o la maltratadora dice a su víctima: ¡Ven aquí ahora mismo! la víctima puede decir: “Primero haré otra cosa”, o, “en este momento estoy haciendo algo diferente”. En el caso en el que diría: “NO voy”, la violencia se exacerbaría en seguida.
Decir SI en una situación conflictiva tiene cierta elegancia. Es como quitar el viento de las velas, como decimos en Alemania. El ataque del otro pierde fuerza. El NO suele llegar como un rechazo, y como las personas violentas por regla general son las más heridas y rechazadas, el NO normalmente aviva su trauma del rechazo.
Poner límites
En algunas situaciones, sin embargo, decir NO es sanador, tanto para nosotros como para el otro. Nos ayuda a guardar nuestro espacio vital, trazando un límite sano y permitiéndonos posicionarnos en nuestro sitio. Un NO claro puede ser muy amoroso y carente de violencia. Es muy útil y necesario usarlo de vez en cuando con los hijos, para que estos aprendan a respetar los límites de los demás. También la palabra “basta” marca muy claro el límite. Cuando alguien nos pide hacer algo que no queremos, decirle que NO es lo más saludable, y normalmente nos hace sentirnos bien. A no ser que estamos en dependencia emocional y preferimos seguir transigiendo a tener que enfrentarnos a un conflicto con, o a la posible separación de, la persona en cuestión. En este caso, lo que habría que aprender es decir NO.
Conclusiones
Una actitud en general positiva y afirmativa de la vida y de todo lo que en ella ocurre es lo que mejor sienta a las personas. Poder decir que NO con libertad cuando es necesario también es importante. Pero sobre todo, quiero añadir que esto es un juego y tiene la importancia justa. La trampa siempre es la identificación. Por lo tanto, me siento libre de decir SI y de decir NO en cada momento. Hoy puede ser de una manera y mañana de la otra. Si permanezco en contacto con mi sentir atendiendo a mi propia verdad, siempre sabré cómo responder de la mejor manera.